lunes, 28 de enero de 2013

LAS GRASAS SATURADAS DISMINUYE EN UN 41% EL NÚMERO DE ESPERMATOZOIDES

 25 Enero, 2013
Las grasas perjudican la calidad del esperma

El consumo de grasas saturadas disminuye en un 41 por ciento el número de espermatozoides y en un 38 por ciento el esperma, según ha mostrado un equipo de investigadores daneses de Rigshospitalet, en Copenhague (Dinamarca), liderados por Tina Jensen.
Para realizar este estudio, que ha sido publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, los investigadores encuestaron y examinaron a 701 hombres jóvenes daneses de unos 20 años de edad y realizaron chequeos entre los años 2008 y 2010. A todos ellos, se les preguntó también sobre los alimentos que comían en los últimos tres meses, y se les pidió una muestra de semen. Posteriormente, dividieron los resultados en cuatro grupos, dependiendo de si la cantidad de la ingesta de energía consumida provenía de las grasas saturadas, y compararon la cantidad de esperma de los hombres de cada grupo.
De esta forma, los expertos comprobaron que aquellos que consumían menos de 11,2 por ciento de grasas saturadas tenían una concentración media de espermatozoides de 50 millones por mililitro de semen. «No podemos decir que tiene un efecto causal, pero creo que otros estudios han demostrado que la ingesta de grasa saturada ha demostrado una conexión a otros problemas y ahora también para el recuento de esperma», ha señalado Jensen.
Por debajo de lo normal
De hecho, la Organización Mundial de la Salud define como normal que los hombres tengan más de 15 millones de espermatozoides por mililitro de semen y, en este estudio, tanto el 13 por ciento de los hombres que pertenecían al grupo de menor contenido de grasa, como el 18 por ciento de los hombres del grupo de mayor contenido graso, se situaron por debajo de ese nivel.
No obstante, esta investigación no es la primera en la que se relaciona la dieta con la producción y calidad de espermatozoides, ya que en el año 2011 investigadores brasileños descubrieron que comer más granos -trigo, avena o cebada- está asociado a una mejor concentración y movilidad de espermatozoides, y que ingerir fruta aumenta la velocidad y la agilidad del esperma.
Otro trabajo, publicado en 2012 en Human Reproduction, mostró que los hombres con dietas más ricas en grasas tienen menos esperma y de peor calidad, mientras que aquellos que ingieren más alimentos con grasas polinsaturadas omega-3 -presentes en el pescado y el aceite- tienen un esperma de mejor calidad.
Sin embargo, ese estudio y la mayoría de los otros analizaron estas asociaciones en base a hombres que buscan tratamientos de fertilidad y que, por tanto, pueden no ser representativos de todos los hombres.

jueves, 24 de enero de 2013

Los extranjeros eligen España para sus tratamientos de fertilidad


Cada vez son más los extranjeros que optan por venir a España para someterse a tratamientos de fertilidad. Entre 2009 y 2010 el 35-40% de los europeos que optaron por salir de sus países para someterse a tratamientos reproductivos vinieron a España. 

Algunas de las causas que hacen que España sea tan atractiva en materia de reproducción asistida son las legislaciones, ya que en otros países se prohíbe la Fecundación in Vitro (FIV) a las madres solteras y a las parejas homosexuales, las donaciones no se realizan de forma anónima, los precios son mucho más elevados que en nuestro país, y las listas de espera pueden prolongarse varios años. 
Estas circunstancias han generado que el número de extranjeros que vienen a España para realizar estos tratamientos vaya en aumento.

miércoles, 16 de enero de 2013

La vida oculta de los embriones de la 'in vitro'

Han pasado más de dos años desde que nació primer niño tras su fecundación en un Embryoscope, un incubador muy novedoso que, a diferencia de los que se utilizaban anteriormente, permitía obtener fotografías del embrión en sus primeros días (antes de ser implantado en el útero de la madre). Las imágenes indicaban el grado de división del embrión durante las 24 horas y, así, su calidad en cada momento del proceso. El resultado: los embriones finalmente transferidos a la madre o vitrificados para próximos intentos tienen una mayor garantía de calidad que de la que se disponía anteriormente.
La técnica novedosa en 2010 está ahora en un número importante (aunque no en todas) de las clínicas privadas de reproducción asistida. Además de cumplir su fin primordial, ahora tiene otro más recreativo: en algunos centros, los padres pueden pedir las imágenes de su embrión de uno, dos, tres o hasta cinco días en unDVD que se llevan a casa como si de una ecografía se tratara.
En el último congreso de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva, Belmonte y otros especialistas de este centro presentaron una comunicación que daba fe de lo que la mayoría de especialistas que trabajan con Embryoscope ya saben: que los cambios que se conocen gracias a las imágenes continúas tomadas en el aparato (en una tecnología que se denomina monitorización time–lapse) se corresponden con la calidad de los embriones que finalmente se implantan.
Embryoscope es propiedad de una empresa danesa pero se trata de una técnica prácticamente española, como explica el también embriólogo Marcos Messeguer, el que puede considerarse el padre de la tecnología a nivel mundial y el firmante del estudio que describió por primera vez a nivel mundial el nuevo sistema de selección embrionaria basado en el time-lapse, publicado en 'Human Reproduction' en 2011.
Messeguer señala que, como casi todas las tecnologías revolucionarias, la función del Embryoscope fue descubierta "casi por casualidad". La empresa danesa Unisense FertiliTech A/S buscaba un sensor para poder medir el consumo de oxígeno del embrión mientras esperaba a ser transferido a la madre. Para ello, decidieron utilizar cámaras y así, de forma inesperada, inventaron un sistema para ver el desarrollo del embrión tomando imágenes seriadas. Además, estos sistemas eran capaces de filmar a 72 embriones a la vez.
Pero el IVI fue más allá y estudió qué variables del time-lapse podría utilizarse para generar un sistema de selección de embriones. Como explica Messeguer, el embriólogo que vigiló con esta técnica al primer niño fruto de un Embryoscope, la cantidad de información que aportan las imágenes es "monumental".
Lo hacen, además, reduciendo muchísimo las posibilidades de daño al embrión que, anteriormente, se tenía que sacar del incubador para ser observado (una o dos veces al día) en un microscopio. Aunque era algo seguro, el mantenerlo siempre en el mismo ambiente, reduce aún más las posibilidades de un fallo.
Todas estas ventajas se traducen en un aumento de embarazos, en concreto en un 10%, según demostró otro estudio, publicado este mismo año en 'Fertility and Sterility' .
Pero ¿puede cualquier mujer que se someta a una fecundación 'in vitro' solicitar que sus embriones sean vigilados por esta suerte de Gran Hermano fetal? La respuesta, de momento, es negativa.  El Embryoscope admite hasta 72 embriones, pero solo de seis pacientes (admite un máximo de 12 por cada una), así que puede suceder que no se pueda utilizar.
"Tienen siempre preferencia las mujeres mayores de 35 años o las que hayan tenido un fracaso de FIV anterior", comenta Belmonte que señala que, una vez dentro, se hacen vídeos del embrión que se pasan a un iPad para que los padres puedan verlo, siempre que haya evolucionado para lograr ser transferido. 
En ellos también se prima a la paciente mayor o con fracasos previos, pero también se utiliza en muchas mujeres que forman parte de estudios. En ese caso, no se cobra su uso. Sin embargo, si el Embryoscope es solicitado voluntariamente por los pacientes, estos han de asumir los alrededor de 400 euros que cuesta de más a la clínica esta tecnología.
Cada Embryoscope tiene un coste de alrededor de 90.000 euros lo que, en tiempos de crisis, lo mantienen como una tecnología sólo apta para clínicas privadas y no para la sanidad pública.


martes, 8 de enero de 2013

España encabeza el grupo de países con más tratamientos de reproducción asistida


  • Con 54.000 ciclos anuales, sólo están por delante de nuestro país Francia y Alemania
  • La legislación y la calidad de los profesionales, puntos clave de este éxito 


Decir que España es líder en reproducción asistida no es una afirmación gratuita. Los datos epidemiológicos avalan dicha posición, como ha puesto de manifiesto el expresidente del grupo de Monitorización de Fecundación In Vitro (FIV) de la Sociedad Europea para la Reproducción Humana y la Embriología, Jacques de Mouzon, que participa en el V Simposio Internacional de Reproducción Asistida, con más de 600 especialistas inscritos.
Los datos subrayan que España es el tercer país donde más tratamientos de reproducción asistida se realizan al año, con 54.000 ciclos anuales. Tan solo están por encima Francia y Alemania, dos países en los que, como señala Pedro Caballero, director de la Fundación Tambre –organizadora del Simposio- "el número de habitantes es mucho mayor" que en nuestro país.
Pero ¿cuáles son las claves de este éxito reproductivo de España? Para Caballero, es clave que se trate del país que primero tuvo una Ley de Reproducción Asistida, que entró en vigor en 1988. "Se basaba en el Informe Warnock, un documento que se publicó en Reino Unido en 1984 que no llegaba a categoría de Ley", comenta el experto, que formó parte de la comisión que redactó la primera legislación europea sobre el asunto, la española.
Además, es posible que el número real de ciclos de reproducción asistida en España sea mayor que el que citan estos datos, basados en el registro de la Sociedad Española de Fertilidad, un registro voluntario, en el que solo participan los centros que así lo desean, un estatus no compartido por todos los expertos. "Yo pienso que los datos tendrían que registrarse de forma oficial por parte de inspectores del Ministerio de Sanidad", indica Caballero, que no entiende por qué un centro puede optar por no facilitar sus datos.
Para este especialista, otro de los motivos de que en España se practique un elevado número de ciclos de reproducción asistida es el nivel de sus profesionales, también en el trato al paciente. Los precios de nuestro país, similares a los europeos pero mucho más bajos que en EEUU, pueden también influir en lo que él considera el "mal llamado turismo reproductivo". "Aquí vienen porque en otros países las leyes son muy restrictivas; no es que nosotros seamos demasiado liberales, es que estamos intentamos ajustarnos a los tiempos que corren", reflexiona.
El especialista de la clínica madrileña también destaca que el número de tratamientos ha aumentado un 10% en el último año, siempre según los mismos datos oficiales. A su juicio, esto tiene que ver con que "la gente que lo necesita, no puede esperar; se trata de un servicio con una fecha de caducidad". Sin embargo, señala que los precios han bajado mucho en los últimos años, sobre todo en los conciertos con sociedades médicas. "Hay veces que, aunque lo tenga que pagar el paciente, se hace un precio especial por tener un seguro médico", concluye.
El V Simposio Internacional de Reproducción Asistida tuvo lugar en Madrid la pasada semana y en él se trataron temas novedosos como la influencia de la inmunidad en la infertilidad o novedades en la proteómica del espermatozoide, concluye el experto.

miércoles, 2 de enero de 2013

La vida de Jonathan por 35.000€

Cruz Jiménez se ha gastado 35.000 euros en el tratamiento de reproducción asistida que le permitirá parir en agosto un bebé para curar a Jonathan, su hijo de ocho años con anemia de Fanconi, una grave enfermedad rara con un centenar de casos en España. Jiménez recurrió en octubre al prestigioso Instituto Genético de Reproducción de Chicago para concebir un bebé medicamento.
Cruz Jiménez se ha gastado 35.000 euros en el tratamiento de reproducción asistida que le permitirá parir en agosto un bebé para curar a Jonathan, su hijo de ocho años con anemia de Fanconi, una grave enfermedad rara con un centenar de casos en España. Jiménez recurrió en octubre al prestigioso Instituto Genético de Reproducción de Chicago para concebir un bebé medicamento. Tomó la decisión después de que el hospital público La Fe de Valencia se negase hace un año a pagarle la factura de la derivación al Instituto Valenciano de infertilidad(IVI), de carácter privado. La sanidad pública rechazó también someter a esta mujer a una segunda intervención de fecundación in vitro—la primera no salió bien— en La Fe, donde el pasado junio le dijeron que con su edad, 39 años, no sería madre, según la paciente.

Jiménez, desempleada, y su marido, mileurista, activaron entonces la maquinaria de la solidaridad para sufragar la intervención en EE UU. Recaudaron 30.000 euros en cuatro meses con rifas, conciertos solidarios y la recogida de 20.000 kilos de tapones de plástico que canjearon por dinero en un centro de reciclaje de Segorbe. Su llamamiento movilizó a sus vecinos de Vinaròs (Castellón) y la comarca del Baix Maestrat.
Los dos meses que el matrimonio residió en Chicago fueron tensos. La primera crisis llegó a las dos semanas cuando la pareja se enteró del fracaso de su primer intento (a razón de 15.000 euros por prueba). Para ahorrar, vivieron en el apartamento de un amigo y recibieron la ayuda de un trabajador del Instituto Cervantes de la ciudad norteamericana, que se puso en contacto con la familia tras conocer el caso por la primera información que publicó este diario.
Fue en la segunda intervención de selección genética de embriones, el último cartucho permitido por sus ahorros, cuando recibieron la buena noticia. Tendrían un bebé sano, libre de la enfermedad y compatible para curar a su hijo Jonathan.
Las células del cordón umbilical del futuro bebé se utilizarán para un transplante de médula al hermano enfermo. “Las probabilidades de éxito con un donante compatible son del 90%”, explica por teléfono el catedrático de Genética de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Jordi Surrallés, que sitúa la esperanza de vida de un enfermo de anemia de Fanconi en veinte años y resalta la alta probabilidad de estos pacientes de desarrollar un cáncer o malformaciones.
La contienda burocrática de la pareja comenzó hace tres años, cuando los médicos de La Fe le aconsejaron concebir un bebé medicamento. Una vida para salvar otra. Cuando la paciente tenía la autorización de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida (CNRA), que desde la regulación de la selección genética en España en 2006 controla la práctica, la sanidad pública se negó a pagar la factura de la intervención, que arroja un éxito del 10%. Jiménez pensó que había perdido tres años. Sus manos estaban atadas. Al tratarse de un tratamiento experimental, no podía recurrir a los centros privados (ni siquiera pagándoselo de su bolsillo). Un papeleo de hasta cuatro años que no existe en las clínicas de pago de referencia, el Instituto Genético de Reproducción de Chicago o al Universidad Libre de Bruselas. “A esta mujer le han hecho perder unos años muy importantes”, se queja Juana Crespo, directora médica del IVI. Esta especialista ha seguido la evolución de Jiménez desde hace seis años y reparte las culpas entre los recortes sanitarios y la rigidez de la Ley de Reproducción Asistida española.
La futura madre se muestra pletórica. Ya se ha recuperado de la intervención. Lamenta “haber tirado” más de tres años en despachos y consultas hospitalarias. “Si me hubiera quedado en la Comunidad Valenciana ni estaría embarazada ni podría salvar a mi hijo”, cuenta esta mujer que se presenta como una víctima de los recortes de la Generalitat.
Jonathan, el protagonista, está contento. Se ha enterado de todo por la información diaria que le facilitaban sus padres desde Chicago por Skype. Tendrá un hermano en agosto que le puede regalar una nueva vida. Ahora, un resfriado o una herida pueden condenarle al hospital en el mejor de los casos. Su madre dice que su hijo ya ha cumplido su sueño, conocer a David Villa.
Fuente: El País